Prescripción inducida

Intento hacer un uso racional de los medicamentos. Simplemente porque tenemos una máxima que dice:  «lo primero es no hacer daño»: «primum non nocere«.

Pero me encuentro con que existe eso tan absurdo que es la llamada prescripción inducida: lo que otros medicos prescriben en el hospital, tengo que continuar recetándolo yo en consulta. Y ahí es donde lo racional empieza a diluirse.

Las gerencias y direcciones medicas lo saben, pero a quienes aprietan las clavijas siempre es a los medicos de familia. ¿Por que se siguen autorizando farmacos sin utilidad terapeutica? ¿Por qué no se meten con el hospital y les dejan seguir prescribiendo lo mas caro, lo no indicado? ¿Para que hacen en la CAM la Guia de Osteoporosis, para que luego  en algunos servicios de reuma se la pasen por el forro?

Hay muchos intereses creados y muy poco valor politico. Ademas nuestros gerentes y directores médicos están mas preocupados de no caerse ahora que viene el area unica que de otras cosas

Me paso horas en la consulta intentando racionalizar las cosas para que luego los pacientes vengan del hospital con medicamentos absurdos y fuera de todo protocolo o guia de uso racional.

Seguir insistiendo a los  médicos de familia con el tema de la medicación es injusto. Las prescripciones que yo haga seguirán las guías de uso racional, porque creo en ello. Lo del hospital depende de decisiones y de coraje político y no de mi.

Me interesa el tema desde que salio el omeprazol y los pacientes se enfadaban porque querían el Losec. En dirección ni siquiera lo monitorizaban. Antes de hacer  la residencia, en mis suplencias como medico general yo ya iba con mi fotocopia de genéricos para pasar consulta. Llevo muchos años creyendo en el uso racional del medicamento, estudiando, leyendo guias, boletines farmacotérapeuticos, metaanalisis…

Pero mientras no se metan desde arriba a cortar las prescripciones absurdas que salen del hospital esto es una lucha agotadora, incluso diría más. Es una tomadura de pelo.


4 respuestas a “Prescripción inducida

  1. Nada más que añadir. Coincido al 100%. Y curiosamente: tu y yo trabajamos en Sº de salud de distinto color político. Me temo que en todos lados cuecen habas… Hasta que me harte, convenza a mi mujer y me vaya a UK.

  2. Soy consciente del problema, pero no entiendo por qué no pones una solución. Eres especialista en Atención Primaria; tienes el poder y la responsabilidad de reajustar los tratamientos prescritos por los especialistas hospitalarios, así pues, ¿por qué no hacerlo?

    Hago ver a todos mis pacientes que su médico de familia está en el mismo nivel que yo, que nos merecemos el mismo respeto y que la decisión final terapéutica es algo entre él y yo.

    Eso no quiere decir que no haya habido veces en las que el familiólogo haya cambiado un tratamiento que yo haya prescrito y que bajo mi punto de vista se haya equivocado, teniendo que escribirle una nota del motivo por el que creo que el medicamento está indicado (y adjuntando biliografía en ocasiones). Pero seguramente se hayan producido ocasiones en las que el médico de familia reajustó un tratamiento en cuya prescripción yo no fui (desintencionadamente) especialmente prolijo.

    Un saludo.

    1. Me alegro que haya especialistas de hospital que piensen como tú. Yo intento ajustar las prescripciones, cuando puedo. No siempre es facil,a a una media de 5 mn por paciente, convencerles que tan especialista soy yo como el del hospital. Es un tira y afloja en el que para mi, la mayor dificultad está en la falta de tiempo y por otro lado en que desde el hospital muchas veces se transmite la idea de que nosotros solo estamos para repetir las prescripciones que «manda» el especialista.

  3. Yo creo que el problema es otro. Lo que no puede hacer la Administración es autorizar todo tipo de medicación y luego pasarle el «marrón» al médico para que no prescriba o no gaste en exceso. No, señores míos, si un fármaco «novedoso» en realidad no aporta nada, simplemente, no lo autoricen. Pero claro, es más fácil autorizar todo para quedar bien con la industria farmacéutica, y por otro lado presionar al médico para reducir el gasto. En fin, que hay que tener mucha cara…

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